domingo, 7 de diciembre de 2008

Sur Ecuador

El sábado 29 de Noviembre por la tarde llegamos a Baños de Agua Santa que se encuentra en la provincia de Tungurahua, a 180 Km de Quito. Está ubicado en un valle con cascadas y aguas termales a los pies del volcán Tungurahua. El Tungurahua se llama también "El gigante negro" y es uno de los volcanes más fáciles de escalar en Ecuador (5.016 metros). El volcán se encuentra actualmente activo. Baños tiene una población con 18.000 habitantes, está a una altura de 1.826m y posee una temperatura promedio de 20°C.

No con muchas ganas de salir fuimos a dar una vuelta Javi y yo. La verdad es que nos quedamos impresionados con la cantidad de gente que había en una calle del pueblo, que estaba llena de bares, parecía Laredo en verano, casi no se podía entrar en los bares. Sobre las 4:30 de la mañana yo me fui para el hostel, de camino por el pueblo que se encontraba desierto, pregunte a un hombre que se estaba barriendo la calle si había algún sitio para comer algo, me dijo que en el mercado había sitios donde daban comida, la verdad es que me extraño que a esas horas hubiese un mercado. Siguiendo las indicaciones del hombre llegue a una especie de plaza cubierta por una estructura metálica en donde un montón de gente llegaba con carros y furgonetas llenos de frutas, verduras y legumbres. Puedo asegurar por la manera que la gente me miraba que yo era el único extranjero que allí se encontraba. Al entrar vi al fondo unos locales con unas mesas y entre en uno de ellos. Allí había dos ancianas cocinando en unas ollas enormes de aluminio. Pregunte que había para desayunar, y al parecer el menú era una sopa hecha con tripas de cerdo y verduras y de segundo un plato con tortas hechas de patata, chorizo, ensalada, un huevo frito y como no el inseparable arroz blanco, y un jugo (zumo de frutas), vamos que no se andan con tonterías desayunando. La verdad es que me sentó de maravilla y todo por poco más de un euro. El sitio era muy particular, y la gente campesinos de la zona. Me sorprendió mucho que a esas horas hubiese tanto movimiento. Ante todo curioso, y el desayuno quizás no es el más adecuado para echarse a la cama, pero estaba buenísimo, y al día siguiente, me levante casi como nuevo.

Un producto típico de la zona es el jugo de la planta de caña, que se obtiene simplemente prensando el tronco de la planta.


Por aproximadamente un dólar puedes comprar un litro. Este jugo a los tres días de estar en repodo fermenta, obteniéndose una bebida mas clara y con un toque de alcohol.

El lunes alquilamos unas bicicletas para hacer una ruta desde Baños hasta Puyo, unos 60km en su mayoría cuesta abajo, por la llamada ruta de las cascadas.

Las bicicletas no parecían muy fiables, a la primera que me dieron se le salio un amortiguador de la horquilla cuando baje el primer bordillo. Javi tuvo un pinchazo y la cámara de repuesto que nos dieron tenia como 6 parches, bueno medios parches, ya que al parecer para ahorrar, solo ponen medio.

Al poco de salir de Puyo vimos la primera cascada.


Por el camino nos encontramos alguna cascada más. Algunas vistas merecían una paradita.


Tras 4 horas en bici llegamos a Puyo, con un poco de lluvia. Una ciudad de unos 25.000 habitantes, la que no parecía muy bien cuidada.


Y por cierto los puntales que usan para las obras no son lo más fiable que se diga.



Habíamos oído que era posible visitar alguna comunidad indígena en la zona, así que decidimos preguntar en la oficina de turismo, en la que nos dijeron que la mejor manera, por no decir la única, era contratar un tour en una agencia de viajes, así que decidimos preguntar. Al final contratamos uno de dos días, que sacamos a un buen precio. Cogimos un autobús de vuelta a Baños, ya que teníamos allí las cosas y al día siguiente a las 7 de la mañana cogimos es autobús de vuelta a Puyo. En la agencia nos esperaba un taxi 4x4 que nos llevo hasta un campamento que tenían a unos 45min hacia el oeste de Puyo.


La región de Pastaza es la mayor de Ecuador, y solo tiene una mínima parte colonizada, en el mapa, la parte naranja de la izquierda. El resto son zonas de selva protegida en donde viven distintas etnias indígenas, a la mayoría de ellas solo se puede llegar por ríos o en avionetas, y muchas se encuentran como decía el guía, sin civilizar.


Nosotros nos encontrábamos cerca de la frontera de la zona naranja o colonizada con la Shuar. Al llegar allí lo primero que hicimos fue ponernos las botas de goma y hacer una caminata hasta una cascada. El guía con un machete abría camino por la selva.



Por el camino nos iba enseñando diversas plantas y para que los indígenas las usan, como por ejemplo la planta "Lalo" que sirve de cura para las picaduras de serpiente. Haciendo un corte mas profundo en la zona donde te ha picado la serpiente para intentar sacar en veneno y después tomando el jugo del tallo de la planta ya que te hace sudar y vomitar, decía que expulsabas el veneno.

Un árbol curioso era el "Drago", su sabia parece sangre, esta se usa como cicatrizante, al echártela en la piel y esparcirla se queda blanca, como una pomada, para las picaduras de mosquitos, también como alivio para el dolor de muelas, aplicándola directamente sobre estas, pero el guía decía que es tan corrosiva que te destroza la muela y se acaba cayendo.


Otro árbol curioso era el "Patona", como se ve en la foto el tronco no empieza a ras del suelo, sino que una especie de raíces lo alzan hasta aproximadamente un metro del suelo.

El guía decía que el árbol se movía unos 10cm al año, a medida que nuevas raíces crecían. Es un árbol que puede andar.

Por ejemplo para hacer cuerdas, cinturones etc, se usa la corteza del "Chulape" una vez que se arranca se le quita la parte de exterior y ya tienes una resistente cuerda que no se seca y se pudre como otras cortezas.

Nos enseño una semilla y nos dijo si nunca habíamos visto hacer "sansa", nos explico que la las tribus de los Waoranis al norte de la región (en el mapa de arriba) cuando matan a un rival, quitan la piel de la cabeza e hirviéndola la reducen hasta el tamaño de un puño y después se las cuelgan como trofeo, lo típico de las películas. Esto aun se sigue haciendo en tribus como el les llamaba, sin civilizar. Con la semilla del tamaño de una nuez y una navaja hizo una cabeza en un minuto.

Los caminos por donde andábamos estaban llenos de barro, y muchos eran pequeños riachuelos. El machete casi imprescindible, ya que la vegetación con tanta humedad y calor crece rápidamente. El suelo fuera de los senderos era un manto de cortezas y hojas en proceso de descomposición, y en el ambiente se respiraba humedad así como algún que otro mosquito.


Y tras unas 2 horas llegamos a la cascada.


No se podía sacar fotos más cerca de la cascada ya que para llegar a ella había que nadar unos metros. Después de un baño, vuelta al campamento a comer un plato típico de la zona, como ellos decían, que era una trucha cocida, con ensalada, un poco de plátano frito y como no, arroz blanco, vamos que mucho no se complican.


Después de una siesta en la hamaca, nos fuimos a visitar una comunidad indígena. Para llegar allí fuimos en canoa, pero no por el rió, sino encima de una camioneta.


Al cruzar un puente llegamos a la comunidad, era una especie de descampado en medio de la selva, en el que había unas pocas casas.


la verdad es que tenían de todo, sala de fiestas...



En la sala de fiestas había un Belén, allí decía el guía que celebraban los festejos de navidad, y claro una pregunta obligada era que como es que unos indígenas que se supone que viven aislados en la selva celebran la navidad, con belén, luces y demás... la verdad es que el guía no sabia ni lo que decir...

Tenian baños...


Criaban unos animales que no me acuerdo como se llamaban, pero a mi que no me digan que son sabrosísimos y blablabla, que eso eran ratas.

Despues fuimos a visitar al vecino que vivia unos arboles mas arriba.



Una de las familias nos ofreció una bebida llamada "chicha" que esta hecha de una planta llamada yuca, es una bebida alcohólica, blanca y un poco espesa y con grumos, la verdad es que sabia asqueroso. Después nos dejaron lanzar unos dardos con la cerbatana. En la foto se ve al guia pegandole al chicha, anda que no le gustaba ni nada.


Y al final como no, nos llevaron a una caseta en donde tenían la tienda de souvenir, que vamos, para poner los precios bien que se habían informado de la cultura occidental, al final todo parecía un paripe, para llevarte a la tienda y venderte artesanía cara. Al menos no tuve que pagar por la foto con las "indígenas", que no veas como manejaban los dólares, miraban hasta si eran falsos y todo, solo les faltaba el datafono para la visa.


Y la vuelta al campamento en canoa, pero esta vez si por el rio.


Por la noche el guía saco dos botellas de licor de caña, que las había hecho su yerno, que tenia una destilería, una puro y la otra con sabor a mora. Tras unas copas el hombre nos empezó a contar típicas historias de indígenas, así como que para ver verdaderos indígenas que aun viven como hace cientos de años había que adentrarse en la selva en avioneta, cosa que salía bastante caro. Contaba lo mucho que había aprendido de ellos. También nos contó como se celebraban las bodas, no de los indígenas, sino en los pueblos de la zona, una tradición era sentar a la novia en una banqueta y rodearla con cajas de botellas que después se beberían en la boda, si las cajas llegaban a tapar a la novia por completo, quería decir que era buen novio, ya que al parecer tenia dinero como para emborrachar a toda la boda, curioso curioso.

El decía que en las tribus indígenas la mujer era la que hacia las labores de casa, cocinaba, cultivaba la tierra, recogía el fruto, hacia el fuego, traía agua y todo mientras cuidaba de los niños, y el hombre simplemente se dedicaba a la caza. Decía que lo mejor era ir a buscar una indígena para casarse con ella, que nunca se quejaba y que en tiempos de mala economía salía a buscar alimentos, y no había que comprarle ropa (ya que ella misma se la hacia) ni joyas, pero eso si no había que enseñarle mucho la vida moderna por si acaso le gustaba y cambiaba.

También contaba como avionetas cargadas con licor de caña aterrizaban en poblados indígenas para intercambiar artesanía, ya que al los indígenas les gustaba el alcohol, insinuaba como se les engañaba, ya que un litro de licor de caña de mas de 40 grados cuesta un dólar, y por el sacaban bastante artesanía.

A la mañana siguiente fuimos a visitar a unos artesanos de canoas, estas se sacan de un tronco que se vacía con una motosierra y se termina tallándolo a mano como están haciendo en la foto.


Una vez terminada se quema por dentro y por fuera, para proteger la madera, de termitas y demás. De un solo tronco obtuvieron las dos canoas que se ven en la foto, una de 8 metros de largo y la otra de 6. Cada canoa de estas cuesta unos 300$, lleva a 4 hombres aproximadamente una semana de trabajo cada una. Lo primero se busca el árbol, normalmente uno caído por el viento, después se le paga a el dueño del terreno o a la tribu a la que pertenezca y luego entre unos 10 hombres se desplaza hasta el camino mas cercano o rió y se trasporta hasta los talladores.

De allí nos fuimos otra vez de ruta por la selva en busca de otra cascada, pero esta vez se encontraba mas cerca. Por el camino nos hicimos unos gorros con hojas.



Tras una pequeña caminata llegamos a la cascada.



Y nos hicimos todos una foto.


Por la tarde antes de regresar a Puyo fuimos a ver un mirador. En el se veía como a partir de allí solo había selva, la orientación era mirando hacia el este, el guía decía que a partir de allí solo era posible llegar a los poblados por aire o a través de ríos y que un poco mas adelante empezaba la selva amazónica por la cual llegarías hasta brasil. Desde allí se veía la desembocadura del rió Puyo en el Pastaza.

El jueves por la mañana cogimos un autobús hacia Riobamba, desde esta ciudad los miércoles, viernes y domingos parte un tren hacia Alausí, un pueblo a unas tres horas y de allí baja por el último tramo llamado Nariz del diablo. El viernes a las 6:30 de la mañana cogimos el tren, que mas que tren era un autobús, porque era exactamente igual, pero con ruedas de hierro, si hasta tenia volante y todo. Por supuesto era una pregunta obligada al conductor haber para que era el volante en un tren que va por raíles, y lo mas curioso era que no dejaba de moverlo. El chofer dijo que era el freno, cuando giraba para un lado frenaba y para el otro dejaba de frenar.

La mitad de la gente se montaba en la parte de arriba, sobre el techo y la otra mitad dentro. Y después se cambiaba.

Por el camino se podía ver el volcán Chimborazo que es el volcán más alto del Ecuador. Está situado en los Andes centrales, 150 km al sudoeste de Quito. Es además la montaña más alejada del centro de la Tierra debido a que el diámetro terrestre en la latitud ecuatorial es mayor que en la latitud del Everest. Hacia el comienzo del siglo diecinueve se consideraba al Chimborazo como la más alta montaña del planeta. Esta reputación llevó a muchos intentos por conquistar su cima, especialmente durante los siglos diecisiete y dieciocho. Finalmente sus 6310m fueron coronados en 1880.


A medio camino hicimos una paradita para descansar en pueblo que se veía que su economía giraba mucho alrededor del tren, ya que la mayoría de los negocios estaban a lo largo de la estación. Una vez pasado el pueblo de Alausí el tren empezó a adentrarse en las montañas, las vistas increíbles.


Cuando llegamos a la falda casi vertical de la montaña llamada “Nariz del diablo” por donde descendería el tren, se veían vías de tren por toda la montaña a distintos niveles. La bajada era muy curiosa, en zig zag como si de un puerto de montaña se tratase, pero claro el tren no es capaz de tomar curvas tan cerradas, lo mejor, que no había curvas.


Cuando el tren llagaba a el final de la colina en donde supuestamente habría una curva para regresar al otro lado de la colina, había un cambio de vías, es decir el tren pasaba completamente ese punto, se hacia un cambio de vías para dar paso a la vía que seguía hacia abajo y el tren invertía el sentido, es decir bajaba marcha atrás hasta la siguiente "curva", en donde el tren seguía hacia adelante, se hacia otro cambio de vía y el tren invertía el sentido, y así hasta abajo del todo.

Y lo mejor como el tren pasaba a ras del precipicio.

Era impresionante pensar como hace más de 100 años un tren de vapor, cargado con varios vagones podía realizar un descenso así. Hoy en día la nariz del diablo esta considerada como una obra maestra de la ingeniería ferroviaria.

Esta es una foto de la montaña llamada Nariz del diablo.

Cuando llego a la parte de abajo, los que estaban en el techo se cambiaron con los de dentro, y vuelta hasta el pueblo de Alausí.

Aquí en Alausí es donde me despedí de Javier y Alex, ya que ellos volvían poco a poco a Bogota en donde tenían el vuelo de vuelta en dos semanas. Yo seguí mi camino hacia Perú, desde ese pueblo cogí un autobús hasta un pueblo llamado Kilometro26, famoso por un cruce que desvía la carretera hacia Guayaquil (que es la ciudad mas grande de Ecuador) y hacia la frontera de Perú. En el pueblo tuve que cambiar de autobús hacia Machala, una ciudad a unos 80km de la frontera. Y de allí decidí pasar la noche en un tranquilo pueblo costero llamado Puerto Bolívar, a 7km de Machala, por lo que tuve que coger otro autobús.

Después de todo el día viajando, llegué al pueblo sobre las 9 de la noche. En el ultimo autobús, que era un urbano, una señora me pregunto que adonde iba, cuando le dije a donde, me dijo "tenga mucho cuidado, allí hay mucho cholo". Al llegar y preguntar a un guardia de seguridad por un hospedaje, me indico y al final me dijo, "no vayas por ahí, vete por esta calle que es menos peligrosa" y en el hospedaje, le pregunte al recepcionista a ver donde se podía cenar, el me dijo "¿que donde no es mala zona?" yo le dije "no, que haber donde se puede cenar y tomar una cerveza, y si no es mala zona mejor! el me dijo "a la vuelta tienes un restaurante y aquí no hay buenas zonas". La verdad es que el pueblo estaba desértico y no se, viendo como lo ponían no apetecía mucho dar una vuelta yo solo.

A la mañana siguiente cruce la frontera hacia Perú, cosa que fue una odisea. Para empezar la misma canción, todo el mundo te decía "bufff no vayas por allí que te van a robar". Se dice que Huaquillas es una de las peores fronteras de Sudamérica, una de las mas caóticas y peligrosas, que las comisarías están llenas de turistas denunciando robos.

La verdad es que me costo como 2 horas pasarla. Yo preguntaba por la oficina de Inmigración para sellar la salida de Ecuador y la entrada en Perú, la cosa fue que llegue a la oficina de Perú, el hombre de allí me dijo que no había sellado la salida y yo le dije, "ya, esque no he visto la oficina de Ecuador". En toda frontera si no están juntas, se encuentran a unos metros de distancia una de otra, pues esta no, esta estaba como a 7km de distancia así que vuelta, y claro ya había cambiado los dólares que tenia en soles, que es la moneda peruana, así que no tenia dinero para el taxi, y había que pagar en dólares al taxista, así que vuelve a cambiar unos pocos y vuelve al otro lado, que desastre de frontera.

El taxista decía que se encontraban tan lejos una de otra debido a los conflictos armados que ha habido entre países. En el año 1997 se firmo el tratado de paz tras décadas de enfrentamientos y todo por lo de siempre, el petróleo. Zonas del Amazonas que se encuentran limítrofes, son ricas en oro negro.

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