lunes, 23 de febrero de 2009

Argentina: Córdoba y Mendoza

El pasado lunes 9 de Febrero, llegue a la provincia de Córdoba. Mi intención era visitar algún pueblo en la provincia, antes de la capital, así que una vez en la estación de Córdoba, cogí un autobús hacia Alta Gracia, un pueblo a unos 40 Km. al suroeste de la capital.


Alta Gracia es un pueblo bastante turístico de unos 47.000 habitantes, caracterizado por un clima seco y agradable casi todo el año. La temperatura por el día era de unos 35ºC, y lo peor es que decían que la capital era como un horno. En las calles se sentía un ambiente bastante turístico, gente en las terrazas, de compras etc.


El martes por la mañana me fui a visitar el museo Casa de Ernesto Guevara, El Che Guevara, una de las razones por las que había elegido este pueblo como destino.

La familia del Che se traslado a esta Villa, a los 4 años de nacer él, por consejo médico, debido a los problemas de asma que Ernesto tenia, un destino clásico de aquella época para las personas con afecciones respiratorias debido a sus condiciones climáticas y mayor altitud.


En esta casa es donde el Che pasó su infancia, es la casa en la que más tiempo permaneció en su vida. Después en 1943 a los 15 años, su familia se traslado a la capital de Córdoba, en donde curso sus estudios secundarios, residiendo hasta 1947. En 1948 ingreso en la Facultad de Medicina de Buenos aires, obteniendo su titilación de médico en 1953.

Al parecer habían tenido algún problema en el baño que era parte de la casa museo y decidieron poner un cartel en la taza.



El 1 de enero de 1950 el Che realizó su primer viaje, en una bicicleta con motor marca "Cucchiolo", visitando a su amigo Alberto Granado en San Francisco (Córdoba), a sus amigos de la infancia en Córdoba Capital, continuando luego hacia el noroeste para conocer las provincias más pobres y atrasadas del país, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, y volver por San Juan, Mendoza, San Luis. En total recorrió 4.500 kilómetros.


La moto del museo, es del mismo año y la misma serie que la “poderosa” la que El Che utilizo en su viaje, con motor 4 tiempos de 497cc.

Tras llegar a Cuba, en 1956, en plena dictadura de Fulgencio Batista, con un grupo de 82 revolucionarios llamado “26 de Julio”, es atacado por el ejército, quedando solo 17 supervivientes. El Che es declarado comandante para dirigir la revolución. El 1 de Enero de 1959 tomaron La Habana. Con Fidel castro al poder, recibió la ciudadanía cubana y tomó varios cargos en la administración cubana y se casa con Aleida March de la Torre, con la que tuvo 4 hijos.

Tras varios viajes al exterior, y varios intentos de ayuda a distintas revoluciones, en 1966 ingresa en Bolivia para dirigir la revolución en ese país. Tras ser herido en las piernas y capturado por el ejército boliviano, es ejecutado por orden del presidente boliviano René Barrientos el 9 de Octubre de 1967. Treinta años después su cuerpo es encontrado en una fosa común de Valle Grande, Bolivia.



Esa misma noche se celebraba en Alta Gracia el último día del encuentro Anual de Colectividades. Durante 6 días en febrero, grupos representantes de diversos países se reúnen en la ciudad para ofrecer sus comidas típicas, danzas y tradiciones. Esa noche había un concierto de un grupo bastante conocido en Cordoba, “La Barra”, así que fui a ver que tal era.


El martes por la mañana me marche a Villa General Velgrano, un pueblo situado a 90Km al sur de la capital provincial. Esta villa de 6000 habitantes se trata de una pequeña ciudad con arquitectura típicamente bávara, surgida de sus primeros pobladores, inmigrantes alemanes y suizos que fundaron el lugar, siendo su arquitectura de tradición alemana.


Toda la arquitectura de la villa estaba cuidadosamente basada en un patrón alemán, con casas de madera, tejados bastante inclinados, y toda la señalización hecha con postes y placas de madera.




Tan presente era la tradición alemana en la villa, que su bebida por excelencia era la cerveza. En la villa había varias fábricas de cerveza, así que me fui a visitar una.


El problema era que las visitas estaban cerradas hasta el día siguiente ya que eran las 5 de la tarde. En la entrada de la pequeña fabrica había una señora barriendo, y le pregunte si había mas visitas, me dijo que no, que hasta el día siguiente no. Yo con cara de pena le dije que me marchaba al día siguiente y que no la podría ver, así que la señora me dijo, “bueno si quieres pasa y la ves tu solo”, así que me dejo entrar. En diminuta fabrica, no había nadie, así que andando por allí a mis anchas entre en las diferentes habitaciones, en la sala de fermentación, embotellado…


Claro, con la visita, se supone que te hacen una degustación, pero en mi caso me toco ir al bar, que si que estaba abierto y pedirme una cerveza, ya que no era plan abrir uno de los barriles.


Siendo típica la cerveza en la zona, no faltaban los talleres de fabricación de jarras, así que me fui a visitar uno. Todas las jarras eran echas a mano, con unos moldes para darles la forma, en una especie de cerámica blanca. Una vez terminadas y con los escudos y demás grabados, eran bastantes chulas.


El miércoles 11 me marche a Córdoba capital. Ciudad de unos 1.4 millones de habitantes, caracterizada por ser una de las capitales mas ricas del país.


Allí pase un par de días dando vueltas por la cuidad, la verdad es que los puntos de mayor interés eran edificios de jesuitas e iglesias, y no eran demasiado de mi interés.




En el hostel en el que estaba solían hacer asados por las noches, y un día a la semana venían un par de escaladores para que el que quisiese, hiciese escalada en la pared preparada que tenían en el patio del hostel.


El viernes por la noche cogí un autobús que me llevo hasta Mendoza capital, a unos 700Km al suroeste de Córdoba. Mendoza unida a la urbe metropolitana que la rodea, tiene una población de casi 850.000 habitantes. La pasada edición del Paris-Dakar se celebro en Chile y Argentina, pasando por Mendoza el 8 y 9 de Enero, es una pena no haber llegado a tiempo. Llegue a Mendoza el sábado 14 de febrero por la mañana.


En Mendoza conocía a Claudia, una chica que vivió tres meses en la casa que yo vivía en Dublín, ya que era la novia de mi compañero de piso Fergus, un irlandés. Así que me dirigí a su casa, un apartamento en pleno centro de Mendoza, en un edificio de doce plantas con piscina y demás.



Claudia vive con un perrito bastante majete.



La semana en Mendoza ha sido la más tranquila que he tenido en todo el viaje, y probablemente una de las mas calurosas, con temperaturas por el día de 38ºC y por la noche, no menos de 25ºC. Simplemente me he dedicado a descansar, ver un poco la televisión, recorrer la ciudad y alrededores, y salir un poco de fiesta.

Un día por la noche hicimos, como no, una parrillada en casa de una amiga de Claudia, Belén.


Creo que estuve tres días comiendo carne de esa parrillada. Lo que no puede faltar en una parrillada argentina es el vino, y menos en una provincia tan vinícola como es Mendoza. En la foto estamos, por la derecha, Pablo, un amigo de ellas, Claudia, Belén y yo.


El centro de la ciudad es bastante turístico, la calle central, peatonal se caracteriza por sus terrazas en un ambiente veraniego.


Al parecer en la ciudad andan un poco escasos de agentes de tráfico, o quizás es que con el calor que hace nadie se quiere poner a las 4 de la tarde bajo el sol para dirigir el tráfico.



El jueves por la noche nos fuimos a ver una feria que había en un parque de la ciudad, y la verdad viendo los asados que estaban haciendo, no tenia mala pinta la cosa.


Y al final nos fuimos a una discoteca de la ciudad, en la que los jueves tocan música en directo y se llena. En la foto, Claudia, Belén y yo en la discoteca.


El viernes me invitaron a una parrillada en un hostel, ya que en el se encontraban unos americanos que había conocido en Córdoba.



El comedor tenia dos plantas la de la foto anterior es la planta de abajo y nosotros nos encontrábamos en la planta de arriba.


Después en el hostel, una vez recogidas todas las mesas, pusieron un poco de música, como no, regatón y esas cosas y al final terminamos en una discoteca. La foto es del hostel.


El sábado me fui de ruta por las bodegas de la zona. En pueblo cercano a Mendoza, llamado Maipú, muy típico por su producción vinícola, y la cantidad de bodegas que tiene.

La primera bodega que visité, fue una bastante grande e industrializada.


En la bodega habia grandes sótanos, con barricas de roble, de miles de litros cada una, las cuales eran usadas entre 100 y 120 años cada una.


Al final de la explicación te llevaban a una sala en donde te hacían una degustación de tres tipos de vino distintos.

La segunda bodega que visité, era mucho mas pequeña y tradicional. La bodega se llamaba Don Arturo. En principio te explicaban como eran los distintos tipos de uva que utilizaban, época en la que se cosechaba cada uno, etc.


La señora de la siguiente foto era la esposa de Don Arturo. La mujer ponía mucho entusiasmo contando el proceso de elaboración del vino. Lo que más remarcaba era lo tradicional y artesanal que era el proceso del vino en su bodega, y la forma en la que hacían los distintos pasos del proceso, sin la utilización de ningún tipo de químico.


También explicaba que las grandes barricas solo las tenían allí como parte del museo, ya que no utilizaban barricas tan grandes, debido a que ellos solo utilizaban el roble 4 años, ya que pierde aroma y sabor. El tipo de barricas que utilizaban allí era de unos 260 litros, de roble francés.


Después de la explicación, otra pequeña degustación de tres tipos de vino.

Y por ultimo, hice una visita a una fábrica de aceite de oliva, ya que en la zona, las olivas también son muy típicas.


Después nos llevaron a una especie de museo que tenían en la fábrica en donde se encontraban los distintos tipos de prensas que habían utilizado a lo largo de la historia de la fábrica, para la extracción del aceite.



Tras la explicación del proceso de elaboración del aceite, recolección de la uva y demás, nos hicieron otra degustación, pero esta vez de aceite untado en pan con tomate deshidratado, que no se que tiene que ver el tomate en todo esto, pero bueno


En la pequeña fabrica también elaboraban otros productos, como aceitunas, pasta de aceitunas, mostaza de aceituna y demás, ya que la guía decía que la elaboración del aceite, solo les lleva unos 4 meses del año, y para mantener al personal, elaboran distintos productos



domingo, 8 de febrero de 2009

Norte de Argentina

Después del solar de Uyuni, mi destino era el Norte de Argentina. El miércoles por la mañana, Aoifa, la irlandesa de Dublín y yo tomamos un autobús Hacia Tupiza, al sur de Bolivia. La carretera era tan penosa como las demás del sur de Bolivia.


Tardamos 8h en recorrer poco mas de 200km, con pinchazo incluido.



La verdad es que la ciudad no tenía mucho que ofrecer, así que pasamos allí una noche, y al día siguiente, jueves 29 de Enero, fuimos hacia Villazon, un pueblo justo en la frontera con el norte de Argentina. Allí Aoifa se quedó un par de días, ya que no se encontraba muy bien, y yo tras esperar cuatro horas haciendo cola en la frontera, crucé a Argentina. A la provincia de Jujuy.


Tras pasar la frontera, cogí un autobús hacia Humahuaca, a unas 3 horas de la frontera. Hacia bastante tiempo que no veía una carretera asfaltada.



La ciudad de Humahuaca se encuentra al este de la provincia de Jujuy y a unos 2939 m.s.n.m. Esta ciudad tiene un aspecto colonial. Sus calles son estrechas y empedradas, con casas de adobe que constituyeron hasta finales del siglo XIX uno de los centros comerciales más importantes del Alto Perú. Conocida mundialmente por la imponente Quebrada de Humahuaca, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO


Alli pase un par de días, recorriendo la ciudad. El viernes estuve viendo un documental en una especie de mini cine, de dos horas sobre los pueblos Kollas, que fueron los pobladores de esta zona, antes de a llegada de los Incas. Su idioma, el quechua y aimara. En esta zona se puede ver como parte de la población tiene rasgos muy parecidos a los bolivianos. Esta parte de Argentina fue parte de Bolivia.

A pesar de la acción colonizadora, hoy en día se siguen practicando rituales kollas en la zona, y se conserva parte de su cultura. Estas etnias indígenas están fuertemente discriminadas por la sociedad argentina.

En la ciudad de Humahuaca se han librado importantes batallas que contribuyeron a la independencia de Argentina. Allí se levanto un gran monumento a los héroes de la independencia.



Ese viernes por la noche me invitaron a una peña en el pueblo, en donde tocaban folclore típico de la zona, la verdad es que estuvo interesante.

El sábado por la mañana partí hacia la ciudad de Salta. Una ciudad de unos 460.000 habitantes. El clima en Salta capital tiene un verano moderado y un invierno seco y templado, con una media anual de 22º C, lo cual lo hace ideal casi todo el año.

Salta fue como volver a la civilización. El centro de la ciudad era bastante moderno, con plazas en las que había terrazas en donde te podías sentar y tomar una cerveza tranquilamente.


Aunque también zonas de la ciudad dejaban un poco que desear…



Ese sábado por la noche, fui a una parrillada o asado, como aquí le llaman, que hacían en uno de los tres hosteles llamados “Backpakers” de la ciudad. En la cena habría como 40 personas, y al final, de toda la carne que había sobro y todo. No paraban de sacar y sacar carne asada, la verdad es que estaba bastante buena. Llevaba mas de un mes conociendo argentinos, y todos decían lo mismo, “ya veras cuando llegues a argentina y pruebes el asado”. Estaba muy rico, pero ni que fuese la primera vez que como buena carne asada. Después de la calentada de cabeza con el asado argentino, uno se espera levitar mientras la comes.

El domingo me lo pase viendo la ciudad, en donde se podían ver bastantes mercados callejeros de artesanía. El ambiente era bastante distinto al que había visto hasta ahora, era más europeo, con familias paseando y tomando algo en las terrazas, para pasar el domingo.


Ese domingo me volví a encontrar con Aoifa, y nos fuimos a cenar un buen chuletón asado, o como aquí le llaman, bife de chorizo, que no tiene nada que ver con el chorizo, pero bueno. Un buen chuletón de estos viene a costar en un restaurante local, unos 6€, y un litro de vino de la casa unos 3€. Después de la cena nos fuimos un poco de fiesta por las calle de bares de la ciudad. Estas calles estaban llenas de gente, era como Mallorca en verano, bueno, aquí es verano. No se esta mal saliendo en pantalones cortos, camiseta y chanclas.

El lunes y martes lo pasé visitando partes de la ciudad, como el teleférico de Salta. Desde arriba tienes una vista de toda la ciudad.



En la cima del monte, en donde te llevaba el teleférico, había como un parque, con fuentes y demás, bastante chulo.


El miércoles 4 de Febrero, por la noche, me despedí de Aoifa, ya que ella tomaba dirección a Chile, y yo seguía mi camino hacia abajo. El siguiente destino, un pueblo a unas pocas horas de allí, Cafayate.

Cafayate se encuentra a 1660 m.s.n.m, con una población de unos 12.000 habitantes, destaca por la producción del famoso vino torrontés, gracias a la combinación entre temperatura y humedad, ideal para el desarrollo de la uva.

En el autobús me encontré con tres argentinas que había conocido anteriormente en la parrillada del hostel de Salta. Tras encontrar un hostel en Cafayate, propuse hacer un asado, ya que tenían una maravillosa parrilla. Al final se junto mas gente a la parrillada, que justo también había llegado al hostel. Y tras las compras nos pusimos manos a la obra.


En la parrillada, había 7 argentinos, un alemán, un catalán y yo. Pese a estar en argentina, nadie sabía hacer una parrillada, así que el catalán y yo nos tuvimos que poner con ella.



Es curioso como a todos lo que allí había le gustaba la carne hecha como una zapatilla. Incluso en la anterior parrillada en el hostel de Salta, la carne estaba igual. Al parecer a los argentinos no les gusta la carne poco hecha.



Al día siguiente, me fui con las tres argentinas a un trecking por la Quebrada de las Conchas. El guía lo contratamos en el hostel.

Por la mañana nos vino a recoger un minibús y nos llevo a unos 20km de la ciudad, en donde empieza la quebrada.




Tuvimos que ir un poco pronto, ya que al mediodía el calor se hace insoportable, ya que es una zona muy desértica. Las vistas merecían la pena.



Cuando llegamos a la parte más alta nos hicimos todos una foto.


El camino que hicimos por la quebrada, forma parte de los caminos de los Incas. Fueron construidos con una finalidad práctica en función del tránsito pedestre de hombres y llamas, que fueron utilizadas para el traslado de minerales y productos de toda índole entre diferentes regiones del imperio.

Los caminos incaicos se extendieron a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el sur de Colombia hasta Mendoza en Argentina y Santiago en Chile, cubriendo un recorrido aproximado de 40.000 km. Debido al gran desarrollo Inca, las vías atravesaron los más abruptos paisajes, cruzando pantanos, lagos, desiertos, altas cumbres, empinadas laderas y frondosas selvas.

Después pasamos por un yesal, en donde se podían ver placas de yeso de distintas tonalidades.



Tras unas tres horas de caminata terminamos el tour. El de la foto es el guía que nos llevo por la quebrada.


Tras el tour nos fuimos a comer las famosas empanadas de la zona.


Como no, conviviendo con argentinos, no podía faltar el famoso “mate”. El mate es una infusión. Un recipiente se llena de esta hierba, y se le pone agua caliente, no hirviendo, al parecer se quema la hierba si pones agua hirviendo. Incluso algunos llegan a decir que el agua no puede hervir, es decir aunque hierva y la dejes enfriar hasta la temperatura que se supone que tiene que estar, ya no es lo mismo, que el agua pierde características. Claro, seguro que tu paladar lo nota…

Se bebe por medio de una especie de tubo de metal con un filtro en el extremo que esta sumergido en la bebida. Cuando se termina, se vuelve a rellenar de agua y se pasa al siguiente, y así todo el rato. Los primeros mates saben mas fuertes, a medida que se va rellenando la hierva va perdiendo fuerza. A pesar de que el agua no se echa hirviendo, normalmente se echa bien caliente, que casi no se puede tomar, y claro si tardas un rato en beberlo porque esta caliente, notas como los demás te empiezan a mirar mal, ya que están esperando su turno. Es una bebida bastante amarga, algunos le ponen azúcar. Así que después de comer, termo en mano, nos bebimos unos mates.



Por la tarde, dando un paseo por el pueblo, vimos una escuela en la que unos niños estaban dando clases de danza folclórica, muy típica en la zona.


Esa misma noche, fuimos a cenar a un restaurante en al que tocaban folclore, mientras cenabas. Después nos fuimos a un bar en el que tenia una terraza interior, en donde nos encontramos con mas gente del hostel y tomamos unas cervezas.


El viernes por la mañana alquilamos unas bicicletas para ir a visitar una bodega que se encontraba cerca del pueblo.



La bodega se encontraba rodeada de viñedos. En Argentina se cultivan 8 tipos de uva, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Sangiovese, Syrab y Tempranillo.


En esta época se realiza la vendimia. Así que estaban metiendo uva a la bodega, para su posterior fermentación y demás.


Nos enseñaron un poco como se realiza el proceso e elaboración del vino, en esta foto se ven las antiguas cubas para la fermentación del vino.


Y como han sido sustituidas por cubas de acero inoxidable, en donde el control de la temperatura, para la fermentación del vino es mas sencillo y uniforme.



Después nos mostraron un poco por encima, las cubas de roble americano, en donde se macera el vino, y la planta de embotellado y etiquetado.


Y por ultimo la supercata de dos minichupitos de vino, uno de blanco y otro de tinto.



Por la tarde tras despedirme de las argentinas, cogí un autobús hacia Tafi del Valle, un pueblito bastante conocido, a unas tres horas hacia el sur. La verdad es que no había nada que hacer por al pueblo, estaba bastante vacío. Así que tras dar una vuelta por la noche, el sábado por la mañana, decidí marcharme a Tucumán, siguiente destino en el viaje. Lo mejor del pueblo, una parrilla que había en un restaurante.


Tras tres horas de autobús, llegue a la ciudad de San Miguel de Tucumán, ubicada en la región del noroeste de la Argentina a unos 447 m.s.n.m. Es la capital de la provincia de Tucumán, con sus 530.000 habitantes. Conocida popularmente como "El Jardín de la República", durante la estación primaveral las flores aparecen por doquier en plazas, balcones, calles y jardines.

En el hostel conocí unas argentinas que ofrecieron ir a cenar con ellas y dar una vuelta por la ciudad.


Tras ir a cenar a una terracita de la ciudad, ya que la temperatura era perfecta, nos fuimos a una discoteca. Yo no se como lo hicieron, pero para entrar había una cola en la calle de al menos 80 personas, tras hablar con el de la puerta entramos todos, directamente y sin pagar.


A las 7 de la mañana las argentinas partian hacia el norte. Yo al dia siguiente lo dedique a ver algunos sitios de la ciudad, como la obligada y famosísima Casa de Tucuman, o casa de la independencia. En la casa, a modo de congreso, se firmó, el 9 de Julio de 1816 el acta de independencia de los pueblos argentinos, como una nación libre e independiente de los reyes de España. Al parecer, parada obligada de todo argentino. Esta imagen de la casa se puede ver en las monedas de 50 céntimos de peso argentino.


Otra visita, fue el parque 9 de Julio, situado al norte de la ciudad. Al parecer el parque es donde van todos los domingueros con sus hijos a pasar el domingo.


Tras poco mas de un día en Tucuman, había poco mas que hacer, así que el domingo por la noche cogí un bus hacia la provincia de Córdoba, el cual seria el siguiente destino.