lunes, 17 de noviembre de 2008

Eje Cafetero (Colombia)

Al final decidí pasar otros dos días en Medellin ya que el ambiente en el hostel era muy bueno. El martes, una amiga colombiana que se llama Salome me invito a comer a su casa, con su amiga, su hermana y un amigo de ella.


En la casa tenia dos diccionarios bastante gordos que se titulaban "Vascos en Colombia" de apellidos vascos, que eran de su padre, ya que al parecer es de descendencia vasca, su apellido es Aramburo un derivado de Aramburu. La verdad es que era gente muy "chevere" como dirían aquí.


El miércoles por la mañana cogí desde Medellin un autobús que me llevo a Manizales, una ciudad a unas 4 horas hacia el sur, en donde me esperaba uno de los vascos, Alex, ya que el otro, Javi, decidió quedarse unos días mas en Medellin. El jueves por la mañana no pude ver nada de la ciudad ya que estaba lloviendo, y por la tarde cogimos un autobús hacia Salento, uno de los pueblos mas conocidos de la zona cafetera. Por la noche llegamos a un hostel llamado "Plantation house" que se supone que era una antigua casa dedicada al cultivo de café, en donde un mochilero ingles se asentó hace bastantes años. El hombre la reformo en un hostel, se caso con una colombiana y tenia una hija de unos 10 años, la que tenia nacionalidad colombiana pero espíritu Ingles, ya que decía que en 15 años Colombia sera el único país con agua potable y que la venderían al resto del mundo, siendo el país mas rico y poderoso del mundo. Y a mi me decía que haber donde había aprendido a hablar, ya que mi castellano se alejaba mucho de su perfecto castellano hablado. ¡Que jodida la niña! me dio ganas de decirle: "si! pues haber si le enseñas a hablar a tu padre que no se ni nos años lleva aquí y no sabe ni usar el pasado simple".

Esta es una foto del hostel..


El pueblo estaba muy bien conservado y por cierto con mucha presencia militar, como el resto de la zona que visitamos.

En Colombia parece ser que les gusta mucho jugar al billar ese sin agujeros, este es un bar del pueblo...


El viernes por la mañana hicimos una ruta hacia el Valle de Cocora. A las 7:30, chubasquero en mano y botas de goma, ya que había estado lloviendo mucho los últimos días, Alex, un neozelandés que conocimos en el hostel y yo cogimos un Jeep en la plaza del pueblo

El Jeep nos llevo a un pueblo en la parte baja de las montañas a unos dos mil y pico metros de altura. esta es una foto que tome del valle antes de subir.

Esta zona es muy famosa por sus "palmeras de cera" que pueden llegar a los 60m de altura y vivir 120 años.

Tras unas 3 horas subiendo por los caminos de barro llegamos hasta el punto mas alto de nuestra caminata, a unos 2860m.


Allí nos encontramos con una familia que vivía en la montaña, en donde me tome una foto con su niña que era una salada.

Un poco mas adelante había una casa el la que vivía un matrimonio que principalmente se dedicaba a dar aguapanela y queso a los que hacían la ruta por unos cuantos pesos. Una parada que nos sentó genial ya que llovía y después del esfuerzo venia bien un descanso y la aguapanela que es una especie de infusión hecha a base de azúcar de caña.

Fue una pena el que estuviese todo totalmente cubierto por la niebla ya que viendo las vistas que teníamos al empezar a subir no me quiero imaginar desde arriba. La bajada fue curiosa debido a la cantidad de veces que cruzamos el rió por puentes destartalados.

Al día siguiente fuimos a buscar una casa de un tal Don Elias, un hombre que se ha dedicado toda su vida al cultivo del café. Nos dijeron que se encontraba a unos 50 min a pie del pueblo. Nosotros empezamos a andar y andar por el camino que nos habían dicho, el cual se suponía que no tenia perdida, pero no fue así, tras mas de una hora andando al parecer habíamos cogido una dirección errónea, un hombre nos dijo que seguro que por allí no era y nos recomendó subir una colina y preguntar en una casa que había por la mitad de la colina, allí una señora muy amable nos ofreció aguapanela y nos pregunto por donde habíamos venido, le señalamos los montes de donde veníamos y su reacción fue "¡de allí!!! vosotros solos, por Dios! hay gente muy mala por allí! El hombre que nos indico hacia esa casa, apareció por allí a vender leche y nos dijo que de vez en cuando la guerrilla baja de las montañas a la región, pero que a la zona que íbamos después, que no había ningún problema, era bastante turística. Esta es una foto de la zona, al parecer pertenece a la cordillera Andina.

Al final, tras 2 horas de caminata llegamos a la casa del tal Don Elias, un anciano que por 7000 pesos cada uno, unos 2.3€ se ofrecía amablemente a enseñarnos el proceso de elaboración del café. En la foto se ve a Don Elias peleándose con una plante de café para coger unos frutos.

La planta de café es como una especie de arbusto, que da unos frutos como de el tamaño de un garbanzo.

Cuando el fruto se madura, se vuelve rojizo, y esta listo para recoger, uno a uno a mano. Cada fruto contiene dos granos de café. Después, el fruto se pasa por un molinillo para separar el grano de la piel y se lava con agua abundante.

Una vez limpio se deja secar en una especie de invernadero, entre 7 y 30 días, dependiendo del clima.

Cuando se seca se ve como una especie de piel que se separa de cada grano de café, este se pasa por otro molinillo para quitársela. Llegados a este punto el café no tiene ningún aroma. Después se hace el tostado del grano, el nos enseñó como lo tostaba durante 40 min en una cocina de leña y una cazuela, para su consumo, ya que el lo vendía una vez seco, y sin tostar.

Y una vez tostado se muele y listo para hacer un café.

La cafetera no era la mas sofisticada que he visto ya que constaba simplemente de verter agua hervida en un colador de tela con café...

Pero el café estaba riquísimo... Se dice que el mejor café, no se toma en Colombia, ya que se exporta. Los mejores granos cuando están verdes, no flotan, y estos son los que se exportan, los que flotan, se quedan en Colombia.

Ese mismo sábado por la tarde nos marchamos a San Agustin, una zona bastante al sur de Colombia, no muy lejos de la frontera, a donde llegamos el domingo por la mañana, así que pase la noche del sábado tranquilamente en un autobús. El domingo, de descanso, ya que tras dos días andando y una noche de autobús, uno bien merece descansar, el problema es que al parecer los días festivos en este pueblo son los domingos y lunes, así que nada mas llegar al hostel ya hablaban de que el mejor día de rumba es el domingo y bla bla...
El hostel se llama "El Japones" y claro al ver al dueño con los ojos achinados, le pregunte que de que parte de Japon era, lo típico que se pregunta. Me dijo que el era de allí, de San Agustin, y lo de japones era una historia de unos japoneses que llegaron allí y estuvieron 5 años en la zona, al parecer lo de los ojos era de la mariguana que fuma.

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