domingo, 8 de febrero de 2009

Norte de Argentina

Después del solar de Uyuni, mi destino era el Norte de Argentina. El miércoles por la mañana, Aoifa, la irlandesa de Dublín y yo tomamos un autobús Hacia Tupiza, al sur de Bolivia. La carretera era tan penosa como las demás del sur de Bolivia.


Tardamos 8h en recorrer poco mas de 200km, con pinchazo incluido.



La verdad es que la ciudad no tenía mucho que ofrecer, así que pasamos allí una noche, y al día siguiente, jueves 29 de Enero, fuimos hacia Villazon, un pueblo justo en la frontera con el norte de Argentina. Allí Aoifa se quedó un par de días, ya que no se encontraba muy bien, y yo tras esperar cuatro horas haciendo cola en la frontera, crucé a Argentina. A la provincia de Jujuy.


Tras pasar la frontera, cogí un autobús hacia Humahuaca, a unas 3 horas de la frontera. Hacia bastante tiempo que no veía una carretera asfaltada.



La ciudad de Humahuaca se encuentra al este de la provincia de Jujuy y a unos 2939 m.s.n.m. Esta ciudad tiene un aspecto colonial. Sus calles son estrechas y empedradas, con casas de adobe que constituyeron hasta finales del siglo XIX uno de los centros comerciales más importantes del Alto Perú. Conocida mundialmente por la imponente Quebrada de Humahuaca, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO


Alli pase un par de días, recorriendo la ciudad. El viernes estuve viendo un documental en una especie de mini cine, de dos horas sobre los pueblos Kollas, que fueron los pobladores de esta zona, antes de a llegada de los Incas. Su idioma, el quechua y aimara. En esta zona se puede ver como parte de la población tiene rasgos muy parecidos a los bolivianos. Esta parte de Argentina fue parte de Bolivia.

A pesar de la acción colonizadora, hoy en día se siguen practicando rituales kollas en la zona, y se conserva parte de su cultura. Estas etnias indígenas están fuertemente discriminadas por la sociedad argentina.

En la ciudad de Humahuaca se han librado importantes batallas que contribuyeron a la independencia de Argentina. Allí se levanto un gran monumento a los héroes de la independencia.



Ese viernes por la noche me invitaron a una peña en el pueblo, en donde tocaban folclore típico de la zona, la verdad es que estuvo interesante.

El sábado por la mañana partí hacia la ciudad de Salta. Una ciudad de unos 460.000 habitantes. El clima en Salta capital tiene un verano moderado y un invierno seco y templado, con una media anual de 22º C, lo cual lo hace ideal casi todo el año.

Salta fue como volver a la civilización. El centro de la ciudad era bastante moderno, con plazas en las que había terrazas en donde te podías sentar y tomar una cerveza tranquilamente.


Aunque también zonas de la ciudad dejaban un poco que desear…



Ese sábado por la noche, fui a una parrillada o asado, como aquí le llaman, que hacían en uno de los tres hosteles llamados “Backpakers” de la ciudad. En la cena habría como 40 personas, y al final, de toda la carne que había sobro y todo. No paraban de sacar y sacar carne asada, la verdad es que estaba bastante buena. Llevaba mas de un mes conociendo argentinos, y todos decían lo mismo, “ya veras cuando llegues a argentina y pruebes el asado”. Estaba muy rico, pero ni que fuese la primera vez que como buena carne asada. Después de la calentada de cabeza con el asado argentino, uno se espera levitar mientras la comes.

El domingo me lo pase viendo la ciudad, en donde se podían ver bastantes mercados callejeros de artesanía. El ambiente era bastante distinto al que había visto hasta ahora, era más europeo, con familias paseando y tomando algo en las terrazas, para pasar el domingo.


Ese domingo me volví a encontrar con Aoifa, y nos fuimos a cenar un buen chuletón asado, o como aquí le llaman, bife de chorizo, que no tiene nada que ver con el chorizo, pero bueno. Un buen chuletón de estos viene a costar en un restaurante local, unos 6€, y un litro de vino de la casa unos 3€. Después de la cena nos fuimos un poco de fiesta por las calle de bares de la ciudad. Estas calles estaban llenas de gente, era como Mallorca en verano, bueno, aquí es verano. No se esta mal saliendo en pantalones cortos, camiseta y chanclas.

El lunes y martes lo pasé visitando partes de la ciudad, como el teleférico de Salta. Desde arriba tienes una vista de toda la ciudad.



En la cima del monte, en donde te llevaba el teleférico, había como un parque, con fuentes y demás, bastante chulo.


El miércoles 4 de Febrero, por la noche, me despedí de Aoifa, ya que ella tomaba dirección a Chile, y yo seguía mi camino hacia abajo. El siguiente destino, un pueblo a unas pocas horas de allí, Cafayate.

Cafayate se encuentra a 1660 m.s.n.m, con una población de unos 12.000 habitantes, destaca por la producción del famoso vino torrontés, gracias a la combinación entre temperatura y humedad, ideal para el desarrollo de la uva.

En el autobús me encontré con tres argentinas que había conocido anteriormente en la parrillada del hostel de Salta. Tras encontrar un hostel en Cafayate, propuse hacer un asado, ya que tenían una maravillosa parrilla. Al final se junto mas gente a la parrillada, que justo también había llegado al hostel. Y tras las compras nos pusimos manos a la obra.


En la parrillada, había 7 argentinos, un alemán, un catalán y yo. Pese a estar en argentina, nadie sabía hacer una parrillada, así que el catalán y yo nos tuvimos que poner con ella.



Es curioso como a todos lo que allí había le gustaba la carne hecha como una zapatilla. Incluso en la anterior parrillada en el hostel de Salta, la carne estaba igual. Al parecer a los argentinos no les gusta la carne poco hecha.



Al día siguiente, me fui con las tres argentinas a un trecking por la Quebrada de las Conchas. El guía lo contratamos en el hostel.

Por la mañana nos vino a recoger un minibús y nos llevo a unos 20km de la ciudad, en donde empieza la quebrada.




Tuvimos que ir un poco pronto, ya que al mediodía el calor se hace insoportable, ya que es una zona muy desértica. Las vistas merecían la pena.



Cuando llegamos a la parte más alta nos hicimos todos una foto.


El camino que hicimos por la quebrada, forma parte de los caminos de los Incas. Fueron construidos con una finalidad práctica en función del tránsito pedestre de hombres y llamas, que fueron utilizadas para el traslado de minerales y productos de toda índole entre diferentes regiones del imperio.

Los caminos incaicos se extendieron a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el sur de Colombia hasta Mendoza en Argentina y Santiago en Chile, cubriendo un recorrido aproximado de 40.000 km. Debido al gran desarrollo Inca, las vías atravesaron los más abruptos paisajes, cruzando pantanos, lagos, desiertos, altas cumbres, empinadas laderas y frondosas selvas.

Después pasamos por un yesal, en donde se podían ver placas de yeso de distintas tonalidades.



Tras unas tres horas de caminata terminamos el tour. El de la foto es el guía que nos llevo por la quebrada.


Tras el tour nos fuimos a comer las famosas empanadas de la zona.


Como no, conviviendo con argentinos, no podía faltar el famoso “mate”. El mate es una infusión. Un recipiente se llena de esta hierba, y se le pone agua caliente, no hirviendo, al parecer se quema la hierba si pones agua hirviendo. Incluso algunos llegan a decir que el agua no puede hervir, es decir aunque hierva y la dejes enfriar hasta la temperatura que se supone que tiene que estar, ya no es lo mismo, que el agua pierde características. Claro, seguro que tu paladar lo nota…

Se bebe por medio de una especie de tubo de metal con un filtro en el extremo que esta sumergido en la bebida. Cuando se termina, se vuelve a rellenar de agua y se pasa al siguiente, y así todo el rato. Los primeros mates saben mas fuertes, a medida que se va rellenando la hierva va perdiendo fuerza. A pesar de que el agua no se echa hirviendo, normalmente se echa bien caliente, que casi no se puede tomar, y claro si tardas un rato en beberlo porque esta caliente, notas como los demás te empiezan a mirar mal, ya que están esperando su turno. Es una bebida bastante amarga, algunos le ponen azúcar. Así que después de comer, termo en mano, nos bebimos unos mates.



Por la tarde, dando un paseo por el pueblo, vimos una escuela en la que unos niños estaban dando clases de danza folclórica, muy típica en la zona.


Esa misma noche, fuimos a cenar a un restaurante en al que tocaban folclore, mientras cenabas. Después nos fuimos a un bar en el que tenia una terraza interior, en donde nos encontramos con mas gente del hostel y tomamos unas cervezas.


El viernes por la mañana alquilamos unas bicicletas para ir a visitar una bodega que se encontraba cerca del pueblo.



La bodega se encontraba rodeada de viñedos. En Argentina se cultivan 8 tipos de uva, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Sangiovese, Syrab y Tempranillo.


En esta época se realiza la vendimia. Así que estaban metiendo uva a la bodega, para su posterior fermentación y demás.


Nos enseñaron un poco como se realiza el proceso e elaboración del vino, en esta foto se ven las antiguas cubas para la fermentación del vino.


Y como han sido sustituidas por cubas de acero inoxidable, en donde el control de la temperatura, para la fermentación del vino es mas sencillo y uniforme.



Después nos mostraron un poco por encima, las cubas de roble americano, en donde se macera el vino, y la planta de embotellado y etiquetado.


Y por ultimo la supercata de dos minichupitos de vino, uno de blanco y otro de tinto.



Por la tarde tras despedirme de las argentinas, cogí un autobús hacia Tafi del Valle, un pueblito bastante conocido, a unas tres horas hacia el sur. La verdad es que no había nada que hacer por al pueblo, estaba bastante vacío. Así que tras dar una vuelta por la noche, el sábado por la mañana, decidí marcharme a Tucumán, siguiente destino en el viaje. Lo mejor del pueblo, una parrilla que había en un restaurante.


Tras tres horas de autobús, llegue a la ciudad de San Miguel de Tucumán, ubicada en la región del noroeste de la Argentina a unos 447 m.s.n.m. Es la capital de la provincia de Tucumán, con sus 530.000 habitantes. Conocida popularmente como "El Jardín de la República", durante la estación primaveral las flores aparecen por doquier en plazas, balcones, calles y jardines.

En el hostel conocí unas argentinas que ofrecieron ir a cenar con ellas y dar una vuelta por la ciudad.


Tras ir a cenar a una terracita de la ciudad, ya que la temperatura era perfecta, nos fuimos a una discoteca. Yo no se como lo hicieron, pero para entrar había una cola en la calle de al menos 80 personas, tras hablar con el de la puerta entramos todos, directamente y sin pagar.


A las 7 de la mañana las argentinas partian hacia el norte. Yo al dia siguiente lo dedique a ver algunos sitios de la ciudad, como la obligada y famosísima Casa de Tucuman, o casa de la independencia. En la casa, a modo de congreso, se firmó, el 9 de Julio de 1816 el acta de independencia de los pueblos argentinos, como una nación libre e independiente de los reyes de España. Al parecer, parada obligada de todo argentino. Esta imagen de la casa se puede ver en las monedas de 50 céntimos de peso argentino.


Otra visita, fue el parque 9 de Julio, situado al norte de la ciudad. Al parecer el parque es donde van todos los domingueros con sus hijos a pasar el domingo.


Tras poco mas de un día en Tucuman, había poco mas que hacer, así que el domingo por la noche cogí un bus hacia la provincia de Córdoba, el cual seria el siguiente destino.

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